Sinopsis del libro:
La historia de esta novela gira en torno a
Duna Azuladea, una humilde aldeana que vive en el reino de Bereth y que,
de la noche a la mañana, comienza a trabajar en el Palacio Real. Allí
conoce al valeroso príncipe heredero, Adhárel, y a su arrogante hermano
menor, Dimitri. A partir de entonces, se verá envuelta en una trama de
mentiras, secretos y traiciones por el poder, mientras el reino se
descubre inmerso en una inminente guerra para proteger la electricidad, y
un misterioso dragón que ronda los alrededores.
Crítica del libro:
Qué mal se me da escribir el primer párrafo de la crítica. Nunca sé cómo empezar. Ea, al sarao. Imaginaos que llevo un rato hablando.
Lo más impactante del libro son, sin duda, los personajes. Me encanta cómo cada personaje se diferencia tanto de los demás por su personalidad. El desparpajo de Duna contrasta con la calidez de Cinthia, la moderación de Adhárel, la pomposidad de Lord Guntern... No sólo eso, sino que hay muchos personajes, y conseguir una personalidad tan diferenciada para cada uno de ellos es algo que tiene mucho mérito.
En cuanto a la historia, es definitivamente sorprendente. Si te fijas un poco, puedes descubrir que cada mitad del libro recuerda a un cuento de hadas (del cual aparece un fragmento al principio de su parte), algo que se repite durante el resto de los tres libros. Sin embargo, no es para nada algo que nos permita predecir los acontecimientos: Ruescas se limita a tomar algunos elementos de esos cuentos e introducirlos en el libro. Pero el plato fuerte es la trama: inesperada, divertida, y a la vez un poco familiar. Y llena de giros y de sorpresas.
Sin embargo, hay alguna pega: con el universo que ha creado Ruescas (y del que hablaré más en las siguientes reseñas), la historia se queda un poco corta. La sentomentalomancia es genial, pero queremos más personas con más poderes. Bereth y Belmont están muy bien, pero seguro que hay más reinos por explorar. Y el final queda un poco precipitado, y da la sensación de que el material para la secuela sale un poco de la nada. En definitiva, el libro se queda corto: queremos más.
En conclusión, Cuentos de Bereth I es una magnífica historia de superación, de sorpresas, de amistad, de damas en apuros y heroínas, de dragones, de romance, de electricidad en la Edad Media... y de un poco de sentomentalomancia. Recomendable para todo el que quiera revivir los cuentos de hadas y que busque algo diferente que le haga sonreír.
Lo más impactante del libro son, sin duda, los personajes. Me encanta cómo cada personaje se diferencia tanto de los demás por su personalidad. El desparpajo de Duna contrasta con la calidez de Cinthia, la moderación de Adhárel, la pomposidad de Lord Guntern... No sólo eso, sino que hay muchos personajes, y conseguir una personalidad tan diferenciada para cada uno de ellos es algo que tiene mucho mérito.
En cuanto a la historia, es definitivamente sorprendente. Si te fijas un poco, puedes descubrir que cada mitad del libro recuerda a un cuento de hadas (del cual aparece un fragmento al principio de su parte), algo que se repite durante el resto de los tres libros. Sin embargo, no es para nada algo que nos permita predecir los acontecimientos: Ruescas se limita a tomar algunos elementos de esos cuentos e introducirlos en el libro. Pero el plato fuerte es la trama: inesperada, divertida, y a la vez un poco familiar. Y llena de giros y de sorpresas.
Sin embargo, hay alguna pega: con el universo que ha creado Ruescas (y del que hablaré más en las siguientes reseñas), la historia se queda un poco corta. La sentomentalomancia es genial, pero queremos más personas con más poderes. Bereth y Belmont están muy bien, pero seguro que hay más reinos por explorar. Y el final queda un poco precipitado, y da la sensación de que el material para la secuela sale un poco de la nada. En definitiva, el libro se queda corto: queremos más.
En conclusión, Cuentos de Bereth I es una magnífica historia de superación, de sorpresas, de amistad, de damas en apuros y heroínas, de dragones, de romance, de electricidad en la Edad Media... y de un poco de sentomentalomancia. Recomendable para todo el que quiera revivir los cuentos de hadas y que busque algo diferente que le haga sonreír.
Frase del libro:
Las guerras más mortíferas del Continente se libraban en las bibliotecas; entre libros y estanterías, con una pluma como espada y la tinta como sangre.
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